martes, 16 de octubre de 2012

Blancanieves: la verdadera manzana venenosa de España


J.P. Senter
el 16 de octubre

Blancanieves: un riesgo cultural
Hace unas noches fui al cine con un amigo para ver Blancanieves, una película española que ha ganado muchos premios y ahora es la selección de España para competir en los premios Oscar.  Es una película muda en negro y blanco que es realmente una obra de arte bellísima, aunque peligrosa.  Es decir, España no es un país negro y blanco, tal como la película misma, sino que está llena de una multitud de regiones grises, o sea, matices de diversidad abundante que he experimentado. No obstante, no es la imagen que España ha elegido para exportar al mundo, la que puede agudizar unos problemas a que España tiene que enfrentarse hoy en día. 

Blancanieves tiene lugar en Sevilla y toda la trama gira en torno al flamenco y a los toros.  Blancanieves es la hija de un torero muy famoso y una bailarina de flamenco muy bien conocida y, después de morirse ellos, ella ingresa en el grupo “Los Enanitos Toreros” para mantener el legado de su padre.  ¿Y qué adivinarías es lo que mata a su madrastra cruel? (¡SPOILER!). Un toro. ¿Y qué es la música que acompaña estas escenas de tanto suspenso? La de las castañuelas y la guitarra española.  Es como si España todavía estuviera sometiéndose a la hegemonía cultural que define su pasado franquista. 

Vista de Segovia desde el Alcázar
Tras haber acabado de viajar a Segovia, Galicia y Barcelona por mi cuenta, y llevando casi ocho semanas en Madrid, diría que Blancanieves no merece ser el parámetro por el cual el mundo juzga a España, el lente óptico a través del cual se ve este país.  My experiencia en España ha sido una de variedades y contradicciones emocionantes, sorpresas y revelaciones.  En Segovia encontré una ciudad compuesta de unas telas arquitectónicas y artísticas.  En Galicia escuché el sonido de la gaita, aprendí a bailar las muñeiras y probé su pulpo famoso.  En Barcelona admiré las influencias de Gaudí y la cultura mediterránea y oí más el catalán que el castellano.  Aun en Madrid la gente madrileña vive de una manera distinta, conocida entre otras cosas por su comida, moda y bondad. 

Vista de Santiago de Compostela, Galicia desde el tejado de la Catedral
Por lo tanto, encuentro difícil pensar en por qué España quiere que todo el país sea como Andalucía.  Aunque la cultura andaluza es magnífica y las tradiciones del flamenco y los toros son maravillosas, el resto del país no es así.  Sin embargo, en cada lugar que he visitado hay tiendas en las que se venden souvenirs como imanes o pegatinas con las imágenes de Andalucía, sino con la etiqueta de España.  Y con Blancanieves, quizás la exporta cultural española más importante ahora mismo, España sigue deificando su cultura más conocida pero menos representativa.  Cuando hay tantos movimientos nacionalistas y hay tanto ardor independentista, España se arriesga a empujar sus comunidades autónomas más a esforzarse por la independencia. He tenido la suerte de ver la verdadera España en toda su riqueza cultural, pero desafortunadamente muchas personas sólo ven la España de Blancanieves, una España muda en blanco y negro.  

Vista de Barcelona desde el Parque Güell




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