Blog 2: Reflexión en mi experiencia personal en Madrid: Caminar por la ciudad.

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Antes de venir a Madrid, le pregunté a algunos amigos para obtener sugerencias. ¿Qué debo hacer? ¿Dónde debo ir? ¿Qué debo ver? Una de las cosas que escuché una y otra vez fue "caminar por todas partes". Esto me parece muy simple, por supuesto voy a caminar. Sin embargo, cuando nos acercamos a nuestras últimas semanas en la ciudad, estoy muy contento de que yo reciba ese consejo. Desde las primeras semanas de mi estancia en Madrid, comencé a caminar a casa desde la escuela. Me doy cuenta de cómo las paradas de metro están conectadas. Paso por delante de las tiendas de la calle Princesa y El Corte Inglés, y la parada de metro de Moncloa. Yo paso el lugar Yoogle de yogur congelado, y paso Plaza de España y Príncipe Pío y el Río Manzanares. Al caminar a casa tuve la oportunidad de tener una idea mucho mejor de cómo todos estos lugares están conectados.

Después de darme cuenta de que prefería caminar, empecé a tener aversión el metro. Es una estación de metro muy bien, limpio y organizado y bastante rápido. Es sólo que no me gusta caminar por las escaleras, descendiendo y descendiendo, donde es demasiado oscuro y demasiado caliente, cuando podía estar afuera respirando el aire fresco. Es claustrofóbico.

Mi experiencia favorita, caminando alrededor de la ciudad, fue el fin de semana cuando todos los otros estudiantes fueron a la Oktoberfest. Me quedé en Madrid y yo caminé por todas partes. Desde la Puerta del Ángel de la Gran Vía y Chueca al Tribunal y Alonso Martínez y Colón y Cibeles. En el camino he encontrado tesoros escondidos: una tienda de rosquillas que me encanta, y un café escondido cerca de la parada de Alonso Martínez. También encontré una escultura de Fernando Botero, mi artista favorito, y me sentí tan emocionada que hizo por lo menos 15 fotos de la misma escultura!

La escultura de Botero que encontré la fin de semana de Oktoberfest.

Caminar Madrid me ha dado una nueva perspectiva de la ciudad. Yo soy de un pueblo pequeño, donde no hay mucho que descubrir. Ya conozco todo los negocios y todos los restaurantes, estoy familiarizado con cada café y librería. ¡En Madrid ha sido una experiencia maravillosa, descubrir algo nuevo cada vez que salgo a caminar! Es muy gratificante ser capaz de llevar amigos y mostrarles sus lugares especiales. Cuando mi amiga, Anna, vino a visitarme, la llevé al Barrio de Las Letras, a donde fui con mi curso de mitografía y yo era capaz de decirle sobre Cervantes y el Siglo de Oro y la historia de la zona. Es una lección que he aprendido de mi estancia en Madrid, y una lección que voy a compartir con los demás: ¡ande!

Una foto que tome caminando por las calles.