miércoles, 21 de noviembre de 2012

Emma Fridel: Percepciones opuestas sobre el valor de los idiomas extranjeros


“Unos de los pecados más terribles de España es“— mi madre española empieza a despotricar. Yo sueño despierta, terminando su oración en la mente: ¿el legado del franquismo? ¿la economía? ¿la falta de confianza en los políticos? ¿el malestar social? Su repuesta, sin embargo, era mucho más sorprendente cuando ella continuó diciendo, “el doblaje del cine estadounidense.”  Siguiendo, ella me explicó que escuchar aún la voz suave de Robert Downey Jr. en Los Vengadores puede ayudar a la gente aprender el inglés y mejorar la pronunciación como se hace en la mayoría de los países europeos. “Por qué no somos como los Países Bajos, en que todo el mundo es bilingüe? ¿Por qué no tenemos profesores nativos para los niños? ¿Por qué hay tantas compañías de aprender el ingles pero los españoles todavía hablan muy mal?” Según mi madre española, los idiomas extranjeros son el futuro, y por consiguiente sus hijos de siete y diez ya están en un colegio que ofrece clases bilingües. Cuando mi hermanito recibe una nota mala en las matemáticas, ella no está feliz; cuando la recibe en inglés, le da rabia.

Y ella no está sola; según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, más de 90% de la población creen que las lenguas tienen “mucha” o “bastante” importancia en 2010 aunque sólo 2.6% de españoles están de acuerdo que la educación de idiomas extranjeros en España es “muy buena”. Aunque el sistema obviamente tiene problemas grandes, por lo menos el esfuerzo o las ganas de cambiar ya existen, algo que es carecido en los Estados Unidos. Aunque el gobierno estadounidense ha afirmado que el fomento de la educación de los idiomas es una meta suya, en la última década, el Center for Applied Linguistics (CAL) del departamento de educación descubrió en una encuesta nacional en 2008 que la enseñaza de varios idiomas en las escuelas primarias e intermedias ha disminuido, del 31% al 25% en la primera y del 75% al 58% en la segunda. La encuesta también revela que los porcentajes de estudiantes que aprenden alemán, japonés, ruso, y francés ha disminuido en todos niveles de la educación y sólo el 4% de las escuelas secundarias ofrecen chino y el .6% árabe, que se considera una mejora. Los resultados a nivel universitario son peores: menos del 8% de estudiantes universitarios estadounidenses toman un curso de un idioma extranjero, menos del 2% estudian en el extranjero cada año y menos del 1% reciben una licenciatura en un idioma. Varios sondeos revelan que la raíz del problema es un público que cree en el monolingüismo. El 81% de los estadounidenses apoya la instauración del inglés como lengua nacional y un sondeo de Gallup declaró que el 96% de la población cree que es crucial que los inmigrantes aprendan inglés pero sólo el 19% cree que es imprescindible que los estadounidenses aprendan un idioma extranjero.  Por eso, es interesante notar los problemas opuestos de España y los Estados Unidos: los españoles quieren aprender más idiomas pero les faltan los recursos para lograr esta meta mientras los estadounidenses tienen más oportunidades pero no reconocen el valor del multilingüísmo. 
Idiomas que las escuelas secundarias estadounidenses ofrecen (Center for Applied Linguistics)

--Emma Fridel 

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