Julie Arnold
Al principio del semestre, los estudiantes de Duke recibieron un correo electrónico que ofrecía la oportunidad de hacer voluntario para el programa de apoyo al inglés para niños con perdida auditiva que organiza t-oigo.com. En el futuro, quiero trabajar con los niños con trastornos del desarrollo con la lengua y la auditiva; por eso, t-oigo me ofrezco una oportunidad perfecta. El director de la programa me envió otro correo electrónico con el nombre de la niña, Rocío, y organicé mi primer día para reunir con su familia.
Al principio del semestre, los estudiantes de Duke recibieron un correo electrónico que ofrecía la oportunidad de hacer voluntario para el programa de apoyo al inglés para niños con perdida auditiva que organiza t-oigo.com. En el futuro, quiero trabajar con los niños con trastornos del desarrollo con la lengua y la auditiva; por eso, t-oigo me ofrezco una oportunidad perfecta. El director de la programa me envió otro correo electrónico con el nombre de la niña, Rocío, y organicé mi primer día para reunir con su familia.
Mi primer día, cuando llegué a la casa de Rocío, ella estaba muy
tímida. Hablé con ella, su hermana mayor, María, y su hermano menor, Juan, en
español por un rato, y empezó a leer un libro de Peppa Pig con Rocío. Ella
tiene siete años, y ella podía hablar en inglés sobre todos los colores,
varios tipos de animales, los nombres de los miembros de una familia, y mucho
más. Con su dedo, ella indicó las cosas diferentes y dijo, “This is
___________.” Poco a poco, ella empezó de hablar más, frecuentemente en
español, y un poco en inglés.
Cenamos juntos – Rocío, María, Juan, Gabriel (su
padre), Isabel (su madre) y yo – y tuvimos una conversación de español e inglés
porque Isabel y Gabriel hablan inglés de nivel medio. Esa cena fue increíble
para mí. Durante mi semestre en España hasta esa noche, había algo que me
falta. Todos de mis interacciones consistían de tiempo con mis amigos, hablando
en inglés, o con mi familia española, hablando en español. Pero la habilidad de
comunicar en ambos lenguas y conectar
con esta familia tan rápido me impresionó mucho. Sentía muy cómoda en la casa
de esta familia, y me recordó un poquito de mi casa en los Estados Unidos.
Cada semana yo hago voluntario con Rocío y
paso tiempo con su familia de las 18:00 hasta las 22:30. Mi tiempo con ella y su familia es lo más
destacado de cada semana, y voy a echarles de menos cuando regreso a los Estados Unidos.