domingo, 2 de diciembre de 2012

Una amenaza al derecho de manifestarse -Alli Smalley



Como resultado de la crisis, hay mucho descontento presente cada día en las manifestaciones en toda España. En Toledo, la reacción del gobierno ha sido castigar las acciones de los manifestantes, otorgando multas de entre 300 y 800 euros a la gente encontrada en manifestaciones espontaneas. La ley local dice que un grupo de más que 19 personas se considera una concentración, y debe ser comunicada y aprobada por el gobierno previamente. Muchos manifestantes han sufrido el registro de su DNI por la policía, para meses después recibir una multa, nombrándoles organizadores de una manifestación desaprobada (aunque solo estaban allí participando).
Mercedes Milá, una conocida periodista de España, viajó a Toledo para investigar esto (puedes verlo aquí) y pedir una entrevista con José Julián Gregorio, el nuevo subdelegado del gobierno (antes de él asumir el poder, el gobierno nunca les había puesto multas tan caras a manifestantes). Mucha de la gente que ha recibido multas lo atribuye a la alta cantidad de huelgas y manifestaciones que hoy se dan en España. Milá, junto con un grupo de manifestantes multados, fueron al ministerio para hablar con Julián Gregorio, quien nunca les respondió a su solicitud para una entrevista (algunos meses después, les dijo que tenían que mandarle sus preguntas antes, y él decidiría si les respondiera).
La mayoría del grupo de Milá fue citada como organizadores de manifestaciones, aunque ellos solo fueron a participar en una protesta, varias de las cuales se desarrollaban espontáneamente. En el video, cuando el grupo va al ministerio para quejar a Julián Gregorio, tienen miedo de superar 19 personas, y tienen dificultad sacando firmas para una petición que busque quitar las multas, ya que hay un miedo de la gente a firmar algo (piensan que podría resultar en otra multa).  Milá notó que también habían 300 multados en Madrid después del 14-N.
En lo personal, encontré todo eso muy interesante, ya que muestra una fuerte infracción al discurso libre, un pilar fundamental de la democracia. El gobierno tiene el derecho de regular manifestaciones, pero 20 personas me parece demasiado poco como para llamar algo una concentración. Además, no se puede decir que cualquier persona que participa en una manifestación la ha organizado.  Con multas así, el gobierno puede intimidar a la gente, quitándoles su derecho a manifestarse. Sin embargo, también es cierto que el gobierno necesita tener suficiente poder para asegurar que una sociedad siga funcionando y no siempre esté en huelga. Es muy difícil así encontrar un equilibro entre los dos, especialmente al haber protestas muy grandes—pero algo en frente de una escuela, con sólo 20 y tal personas no es una excusa para abusar del poder. Mis padres españoles decían que era como una vuelta a Franco. De hecho, Alberto (mi ‘padre’) dijo  que en esos tiempos, al haber un grupo de más de 3 personas, el gobierno podría sancionarles. Sabiendo que eso era una practica usual para la época, asumo que le daría aún más miedo a la gente, ya que parece una fuerte erosión de la democracia. Ahora bien, esto parece ser una consecuencia más de la crisis en España, y lo sigo muy interesada para ver como se le da una solución. 

1 comentario:

  1. ¿Tu primer comentario? Pobre, Alli. Bueno, me gusta tu entrada (como todas las tuyas) y estoy de acuerdo que sería muy interesante ver cómo las cosas siguen funcionando en España 7 o 8 años en adelante. Aunque las huelgas me enfadan, es un indicio clave de la democracia y, de verdad, un país moderno y bueno. Si la gente no pudiera manifestarse, no podría haber progreso o evolución de la sociedad. Así es difícil tener la libertad de manifestarse sin tener unas reglas tales como las multas mencionadas. Sobre todo, creo que otro rasgo de una sociedad moderna es la ley, así que les conviene a los manifestantes someterse por un lado a la disciplina de su país a la vez demostrando la necesidad de mejorarlo.

    J.P. Senter

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