domingo, 2 de diciembre de 2012

La pobreza española (Marissa Medine)


Estoy sentado en un café acerca de mi casa, leyendo El País en línea, cuando me siento un toque en el hombro. Es un hombre desaliñado y maloliente que lleva una bolsa de lona vacía en las manos sucias. Me pregunta si tengo comida para él. Digo que no y él gruñe.
La mayoría de los restaurantes en los Estados Unidos le hubiera barajado fuera de la puerta, pero este café es el tipo de lugar que ya está haciendo croquetas para él, quien es algo como un visitante regular.
Mientras que él espera, comenzamos una conversación. Me explica que duerme bajo del Viaducto de Segovia, pero que tiene miedo de ser golpeado. Él me dice que no le gusta Obama porque él ha abandonado África y que no se preocupa por las personas que duermen en las calles. Me pide a hacer una búsqueda Google de su país, Muritania, y me muestra el mapa. Luego él recibe sus croquetas y se va con un inesperado "merci boucoup".


Las beneficencia española Caritas ha llamado el estado actual de la pobreza en España "más extensa, más intensa y más crónica que nunca.". Las estadísticas más recientes indican que el 21,1% de la población vive debajo del umbral de la pobreza, y ese número incluye dos millones de niños. Vivir "debajo del umbral de la pobreza" significa que un solo adulto gana menos de $850 cada mes, lo que frecuentemente se traduce en la falta de vivienda y el hambre. Un estudio reciente del Observatorio Social de España advierte que además de la falta de vivienda y el hambre, la pobreza infantil implica muchas otras consecuencias negativas incluyendo la falta de acceso a servicios de salud y la falta de educación.
Con un nivel nacional de desempleo de 25% y la eliminación de recursos para los pobres a causa de recortes sociales más duros, no es difícil ver que esta es una situación desesperada y cada día más preocupante. Además de los obstáculos económicos, hay problemas sociales para los pobres como la invisibilidad, la falta de dignidad, y la ausencia de una comunidad.
Este fin de semana pasado, Caritas organizó un flashmob en la Puerta Real de Granada y una manifestación en Madrid en el que las personas llevaron máscaras blancas para demostrar que las personas sin hogar no son invisibles.


La acción política es importante y urgente, pero hoy en el café me acordé del impacto de las donaciones pequeñas y pequeñas amabilidades. Mientras nos preparamos para salir de la ciudad que ha sido tan hospitalaria a nosotros, valdría la pena pensar en cómo podríamos devolver.



4 comentarios:

  1. 9. Hola Marissa. Me gusta mucho esta entrada en el blog acerca de su encuentro con el hombre sin hogar. Es realmente agradable de la cafetería para hacerle la comida. Creo que a veces hablar con la gente sin hogar puede darte una perspectiva diferente de la vida. He hablado con algunas personas sin hogar en DC antes y muchos de ellos parecen tener una visión y conocimiento acerca de las cosas que me sorprende. Puede ser una lección de humildad para escuchar la sabiduría de los que tienen muy poco en este mundo.

    Detti Belina

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  2. Marissa,

    Es interesante que tuviste la experiencia de hablar tan abiertamente con un hombre que te abrió los ojos (aunque la conversación parece unilateral). Después de vivir en una ciudad grande por unos meses, es muy fácil estar acostumbrada a ver las personas sin hogar que piden dinero en las calles, y olvidar que cada una tiene su propia historia. Gracias por recordarnos que toda la gente merece la amabilidad, a pesar de sus circunstancias.

    Emilia Rybak

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  3. Marissa,
    He tenido muchas experiencias como tuya, aquí en Madrid y también en muchas ciudades que he visitado. En una situación muy difícil porque es imposible saber para que la persona va a usar el dinero y también porque somos estudiantes y no tenemos mucho dinero que podemos dar. Me da mucha pena que no puedo hacer más para ayudar a la gente que están sufriendo a causa de la pobreza aquí.

    Catharine Kappauf

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